
Tú mi alma entera has invadidocomo un siniestro vendaval.
tú en mis entrañas te has metidocomo la hoja de un puñal.
Tú de mi espíritu humilladohas hecho tu cubil de hiena,infame,
a la que estoy ligadocomo el esforzado a su cadena,
como a su juego el jugador,como el borracho a su botella,
como el cadáver al roedor;
¡Dios te maldiga, siempre bella!
Pedí al puñal mi libertad,
dando con él sobre tu seno;pedí sus filtros al venenopara ayudar mi voluntad.Pero ¡ay!, los dos han respondidocon su desdén a mi inquietud:
"Tú no has de verte redimidode tu maldita esclavitud. "
¡Loco!... si un día la veías a tus pies muerta y sin respiro
con besos resucitarías"
Tú no has de verte redimido
aquel cadáver de vampiro."
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